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martes, 28 de junio de 2016

Cartas de Shamballa 51 : Cuerpos de Dios

Por Santo Aeolus, 21de julio de 1952





Una vez más Me gustaría recordarle al lector que el establecimiento y mantenimiento de Poderes Divinos específicos -los cuales conforman los centros irradiantes para los ímpetus espirituales de la raza- son atraídos, enfocados y manteni­dos mediante el libre albedrío de la conciencia de las inteligencias individuales que voluntariamente se involucran en tales actividades.
Los iluminados de cada era han afirmado que la Deidad, para expresarse plenamente en el mundo de la forma, necesita un cuerpo, y que la Inteligencia de Dios debe encontrar expresión y realización a través de corrientes de vida dedicadas que forman parte de la raza la cual es la beneficiaria de esta asistencia más que ordinaria.
El establecimiento de los antiguos santuarios, Retiros y focos de Luz sobre el planeta Tierra -así como sobre los demás planetas de nuestro sistema- está directamente bajo la supervisión de los Padres ­Dioses de nuestro universo, y desde los Templos de Fuego alrededor del mismísimo Sol, se toman los núcleos espirituales para las Llamas que habrán de establecerse dentro de esos focos espirituales; e irradiando desde allí, sostienen el balance para las fuerzas constructivas a través de la atmósfera baja en la cual la humanidad ha escogido operar.

Establecimiento de los focos de Luz

Cuando un ser individual que pertenece a la raza escoge darle alma a uno de los Principios Activos del Elemento Fuego, y se ha preparado mediante aplicaciones conscientes, centurias de disciplina y dedicación de sus energías individuales, para tal honor, tendrá que pasar por los Salones del Tribunal Kármico y ser investido con los poderes de la Llama del Sol propiamente dicha. Luego, el centro flamígero de esa cualidad cósmica es anclado dentro de Llama Insustenta de su propia identidad espiritual, y al individuo se le permite encarnar para que, por conducto de sus cuerpos internos y físico,  la Llama pueda ser anclada dentro de la sustancia de la Tierra, y con cada latido del corazón, aumente Su momentum de poder y esfera de influencia.
Antes del cierre de la encarnación, dicha persona tiene siempre que transferir la responsabilidad de guiar y custodiar esa Llama, hasta que se pueda conseguir un nuevo cuerpo para el "anclador" original, ocasión en la cual vuelve a repetirse todo el proceso, y el momentum y poder de ese flamígero Centro Espiritual se ve incrementado por la presencia en dicho sitio del individuo en cuestión. Esto continúa, centuria tras centuria, hasta que la Ley Cósmica determina que el foco ya tiene la suficiente intensidad y permanencia; y luego al "anclador", junto con su banda escogida de discípulos, se le permite encarnar una vez más y establecer un foco espiritual permanente, el cual quedará como un centro irradiante a través del cual se enfocarán permanentemente los poderes y activida­des del Cinturón Electrónico alrededor del Sol.

Actividad doble de los retiros

La actividad doble de los Retiros consiste, primero, de un poder energético que atrae a las corrientes de vida de quienes están listos para ser beneficiados por la aceleración de sus propios esfuerzos espirituales, y segundo, la difusión de las cualidades espirituales, cuya presencia en la atmósfera impide que la conciencia externa revierta a un completo estado animal.
En vista de que la cantidad y variedad de las cualidades cósmicas de la Divinidad  y los poderes y actividades del Fuego Sagrado alrededor del Sol físico son ilimitadas, y que la evolución de las conciencias de la raza hace posible que cada vez más seres auto-conscientes perciban las cualidades y los poderes que pueden enriquecer a la raza, el proceso de establecimiento, mantenimiento y expan­sión de los Centros Espirituales es ininterrumpido. Y aunque el antiguo foco tiene un momentum y poder de centurias de aplicación y devoción a la sustancia flamígera del Poder de Dios, atraída y nutrida por la comunidad espiritual, nuevos centros y focos han aparecido a lo largo de las centurias. Estos, al transcurrir el tiempo, incrementarán en gran medida la herencia de la raza, y exteriorizarán más de la Divinidad, no sólo a través de la comunidad, sino también a través de la radiación, estimulando el crecimiento y desarrollo de estas Cualidades dentro de la conciencia y naturaleza de toda la humanidad que comparte igualmente el aliento, el agua, aire y las sutiles corrientes etéricas -las cuales llevan los regalos de la Divinidad a la gente, directamente y a través de estos Focos.


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