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domingo, 6 de septiembre de 2015

Cartas de Shamballa 2 : Habla el primer Amado Mahá Chohán



Mayo de 1952

¡Oh¡ humanidad, que persigues el conocimiento con el cual obtener la  felicidad, aprende que tu lección esta dentro de la contemplación del Amor. Permíteme señalarte el amor dentro del Reino de la Naturaleza, el cual, de acuerdo a su escala evolutiva se encuentra con creces, por debajo del poder potencial del ser humano. La Naturaleza refleja el Amor de Dios mucho más que ustedes, quienes han sido escogidos primariamente para ser Señores de la Creación.
A través de la Naturaleza viene la totalidad de la sustancia que sostiene el cuerpo físico con todas las expresiones de la vida. Sin el regalo de la Naturaleza, no hay comida ni vestido. Ningún cuerpo físico duraría más de algunos pocos meses.
La Naturaleza recibe de vuelta por los regalos que nos ofrece en su generosa mesa, el excremento venenoso de la respiración y del cuerpo, y las vestiduras descompuestas que ustedes han desgastado. Todo esto lo ha recibido con paciencia, no de una centuria, sino de una cantidad incontable de eones, que de considerarlo, haría tambalear a un humano. ¿Pueden ustedes decir que hayan hecho algo parecido? ¿Están dispuestos a absorber el mal de otro ser humano, y activamente reemplazarlo con la sustancia de felicidad y bien? ¿Podrían hacerlo durante al menos un mes o un año,  y esto para ni siquiera mencionarles que lo podrían hacer por toda la eternidad?
El ritmo de la Naturaleza consiste en refinar constantemente a la raza humana, purificándola de forma natural por medio de la acción química, junto con el desechar, por los mismos medios químicos, las partículas gastadas del cuerpo humano; y luego renovar el cuerpo y la sustancia cerebral de la raza, lo cual también es una consciente y positiva acción de Amor.
Hablo no solamente de hacer a los humanos conscientes de los principios del amor que están dentro de la Naturaleza, sino de agradecerle a los incontables millones de inteligencias comprometidas en el servicio de misericordia que prestan, y para señalar a las almas humanas de la actividad que debe reemplazar la conciencia actual, que se niega a compartir la responsabilidad de estos seres porque, en tanto que esta conciencia no sea desarrollada, los humanos no podrán estar bajo la beneficiosa protección que el Reino de la Naturaleza proporciona en los cambios cataclísmicos.
Si la Naturaleza les ha servido tomando los excrementos de sus cuerpos, el monóxido de carbono de sus pulmones y las carnes descompuestas de sus vestiduras, y con amor y manos amables les ha dado a cambio, el frondoso verdor, la fragancia de las flores y el suave y cálido algodón o la afable seda, porque no pueden recibir la conciencia o la discordia inconsciente de sus compañeros de viaje, conscientemente y consumirla, más que eso, darles un regalo de Tolerancia, Perdón y Amor,  si no hacen esto no se pueden ganar el derecho a vivir por encima del Reino de la Naturaleza, o al menos paralelo a él.
Les digo esto porque se acerca el momento en que debemos ser encarnaciones de quienes sean al menos iguales al Reino de la Naturaleza.  Ni siquiera les pedimos que sean superiores a éste.



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