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sábado, 10 de septiembre de 2016

Cartas de Shamballa 65: Proximidad directa a la deidad

Santo Aeolus, 21 de septiembre de 1952


La actividad del Retiro del Lago Titicaca, donde se estableció el Poder de Dios a través del Rayo Femenino al principio de la manifestación del planeta Tierra como un miembro de nuestro Sistema Solar, trajo una respuesta de la humanidad que estuvo más allá de la esperanza y expectativa de la Hermandad. En vista de que el  Rayo representa la naturaleza emocional de Dios, y encarna en sí las cualidades que constituyen la vestidura manifiesta de la Deidad, cada corriente de vida que fue atraída al alcance de Su radiación comenzó a absorber, tanto consciente como inconscientemente, la naturaleza plena de Dios mientras se encontraba en Su aura espiritual.

Verdad exacta y veraz

Así como el aspirante que alguna vez ha visto la Presencia del Maestro se hace consciente del patrón Divino que él, por sí mismo, debe cumplir un día, así mismo se imbuyó la humanidad de la Tierra profundamente en la naturaleza de la Divinidad, mediante la cual los seres humanos podían medir con sus seres externos en todo contacto futuro, la veracidad y exactitud de la presentación de la Verdad por parte de quienes pretendieran ser los mensajeros y directores que llevan Luz a la gente. Una vez que el individuo se ha bañado en el aura de un Maestro, o se ha parado en el Aura Sagrada de la Deidad por cuenta propia, no hay fuerza mental externa o persuasión humana que pueda engañar la conciencia de su corazón, cuando un individuo disfrazado con la naturaleza de Dios sin expresar una vibración parecida o complementaria, presenta un cierto aspecto de la susodicha verdad para su aceptación.

Aura de la deidad

Durante los treinta días que estuvo abierto el gran Retiro del Dios Merú a todos los miembros de la raza, de los tres y medio a cuatro millardos de personas actualmente encarnadas, más de tres millardos acudieron al menos una vez, y más de diez millones de personas estuvieron presente cada noche. Aquí, pudieron ver y sentir el aura de la Deidad, que es la atmósfera natural de la Montaña Sagrada, y entraron a su Santificada Presencia, encontrando la paz y el sosiego que viene solamente a través de habitar "en el Lugar Secreto del Altísimo". Aquí, noche tras noche, Seres bellos y perfectos disertaron a la multitud, y en Su gracia encarnada e intenso amor, manifestaron la naturaleza interna, pero palpable, de Dios a través de las formas perfeccionadas. Esto se hizo con el propósito de impresionar a las almas asistentes con la realidad del Amor Divino y Perfección del Maestro, hasta el punto en que "la farsa" fuera tan evidente como lo es la diferencia entre la Trompeta de Gabriel y una trompeta de lata. Se comprenderá que entre los millardos que son atraídos por el imán de Amor del aura de la Montaña Santa, quienes estuvieron presentes conscientemente en sus sentidos despiertos, se contaban sólo en los miles, pero ésos atestiguaron tal profesión de Perfección de la Naturaleza de Dios, noche tras noche, como no se ha visto en el mundo de la Forma desde la caída del telón de la última Edad Dorada.

Engaño eliminado

Estamos decididos a que el hombre nunca más sea engañado en la representación del Poder de Dios y de la naturaleza de Dios a través de ninguna forma finita. Y, entre otras cosas, en este Concilio se acordó que cada alma buscadora, sea tomada una vez cada período de veinticuatro horas dentro del aliento propiamente dicho de la Presencia del Maestro Ascendido de algún Ser perfeccionado, y literalmente se siente a los pies del Maestro, aprendiendo de primera mano lo que un individuo divinamente perfeccionado es en naturaleza, en manifestación, en propósito y en acción. Para prestar este servicio, se requirió que un individuo aceptara voluntariamente la responsabilidad de llevar su conciencia durante el sueño a una Presencia Maestra de esta índole, y allí la Hueste Angélica, bajo la dirección del Arcángel Miguel, hiciera esta dedicación voluntaria. Y ningún individuo que esté buscando sinceramente la Luz, sin importar cuál pueda ser la avenida de sus esfuerzos, se perderá de esta experiencia una vez en el período de veinticuatro horas. Por consiguiente, es imposible continuar velando la Verdad, porque mediante la proximidad y la presión de los sentimientos, tarde o temprano, cada hombre manifestado que sea medido contra la perfección crística de la Orden Divina de Seres Divinos, revelará su representación profesa de la Naturaleza Divina. Los Señores del Karma se reunirán en Luxor cada séptima noche durante el período de treinta días que acaba de comenzar, y al menos tres de Ellos estarán presentes de manera constante para darle consideración a las dispensaciones y concesiones que no pueden esperar el cónclave venidero de medio año.
Amor y bendiciones,
Santo Aeolus



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