Por Santo Aeolus, 26
de octubre de 1952
Desfile de las eras
Cuando descendió el
primer Manú, algunos de los hijos de cada uno de los Siete Rayos fueron con Él,
pero la cantidad predominante fue de gente del Primer Rayo. Por consiguiente,
ese ciclo de dos mil años enfatizaba la cualidad y naturaleza del Primer Rayo,
mientras que la gente de los otros seis Rayos, si bien estaban presentes y
desarrollaban sus servicios designados por los Padres-Dioses, estaban en
minoría.
El segundo ciclo de
dos mil años enfatizaba las cualidades y servicios de la gente del Segundo
Rayo, y así sucesivamente bajando por los Siete Rayos. Podrán ver que, en vista
de que ahora entramos al período de dos mil años que es el ciclo del Séptimo
Rayo, éste será el tiempo de cosecha para la evolución entera del campo
cósmico, y que el desarrollo del bien durante los pasados doce mil años en cada
línea de empeño, tiene que ser acopiado por el Gran Chohán de este Rayo y por
las corrientes de vida específicas que fueron originalmente creadas como gente
de Séptimo Rayo, quienes ejecutaron papeles menores mientras que los otros seis
Rayos estuvieron sucesivamente activos en el Planeta. Por tanto, tienen ustedes
gente del Séptimo Rayo que estaba entre quienes vinieron adelante cuando el
Primer Rayo estaba activo, y quienes han prestado servicios conectados con el
Séptimo Rayo durante la totalidad de los doce mil años que han transcurrido, y
también tienen conciencias más nuevas que estarán espiritualmente activas por
primera vez bajo este Rayo -al cual instintivamente reconocen como propio.
En vista de que éste
es el cierre del ciclo de catorce mil años, las corrientes de vida espirituales
que tienen acumulado un Momentum de bien en cualquiera de los otros Rayos
estarán igualmente entrando en la actividad del Chohán del Séptimo Rayo,
trayendo la cosecha de su propio desarrollo como un regalo de ese Rayo en esta
Hora Cósmica final. Cuando los individuos que escogen trabajar para el Gran
Chohán del Séptimo Rayo puedan darse cuenta y reconocer que en esta diversidad
de sus naturalezas no hay conflicto, sino más bien, una expresión natural de la
Naturaleza Séptuple de la Deidad, asumirán gozosamente las tareas de combinar
esta Naturaleza Séptuple a través de los regalos y talentos de cada parte componente;
y el Chohán del Séptimo Rayo, a través de la incorporación de la naturaleza de
todos los Rayos, establecerá y sostendrá un Sistema de Culto Ceremonial en el
cual cada tipo distinto e individual encontrar, así como también el ímpetu
necesario para su propio desarrollo Divino y el cumplimiento de su victoria
final.
Aura solar
Las Esferas Internas
alrededor del Sol que conforman el aura o Cinturón Electrónico son, por
supuesto, séptuples; y en estas Esferas habitan la totalidad de los egos que se
están desarrollando en los diferentes planetas de nuestro Sistema, pero hoy
sólo he mencionado a los que están conectados con el planeta Tierra. Ustedes,
por supuesto, comprenderán que la actividad en conexión con la Tierra fue
duplicada en cada planeta cuando cada cual llegó a ser habitable, y que en
estas Esferas Internas están no solamente esos egos que van a tomar parte en la
evolución de la Tierra, sino también aquéllos que están por formar la población
de otras estrellas y planetas.
Distribución de chohanes
En cada una de las
Siete Esferas habita uno de los Siete Arcángeles y un Ser Espiritual que
representa al Chohán de esa Esfera o Rayo, pero que no es de la evolución del
Sol de estos Planetas sino más bien un voluntario de un Sistema Superior.
Mediante aeones de conexión con la evolución de un sistema completo y sus
planetas, fueron desarrollándose de entre las inteligencias en cada esfera,
ciertos individuos que calificaron para el cargo de Chohán de cada Rayo, y esta
posición ha sido sostenida sucesivamente por diferentes Seres a lo largo de las
centurias de tiempo que han transcurrido. El cargo es permanente, pero el
director oficiante es una inteligencia que se escoge por mérito, y ocupa el
cargo sólo hasta que un sucesor se desarrolle y pueda encargarse, permitiéndole
al Chohán anterior una oportunidad para progresar en Su servicio a la Causa
Universal.
Amor y bendiciones,
Santo Aeolus
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