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martes, 13 de septiembre de 2016

Cartas de Shamballa 76: Reeducación espiritual II

Santo Aeolus, 8 de noviembre de 1952



Confort electrónico

Mi razón de ser en este universo es traer confort a cada electrón y átomo, a cada ser elemental, humano y angélico creado por el Padre y dotado con el regalo de Su vida.
Todas las energías de Mi inteligencia están dedicadas a desarrollar mediante las inteligencias a Mi comando, maneras y medios de incrementar la eficacia de las energías de Mi vida hacia este servicio. Cada grito de dolor que se eleva desde esta estrella, pasa a través de Mi Corazón, ya que Yo Soy aquel que fuera dotado por el Padre de toda Vida con la oportunidad y el privilegio de traer confort a la vida.
Ninguna corriente de vida estará cómoda hasta que entre al conocimiento de la Ley del Amor y Armonía, y escoja auto-conscientemente adherirse a esta Ley.  Una cesación temporal del dolor y sufrimiento se lleva a cabo por medio de la misericordia y de la gran Ley del Perdón, que barre hacia afuera los efectos de transgresiones pasadas, pero es la educación de la conciencia, de manera que cada quien se convierta en una presencia confortadora a través de su propia vida, lo que ocupa los servicios del Séptimo Rayo en estos momentos.
Por tanto, en Mi capacidad y servicio, Me esfuerzo en alentar a los individuos a que entren a una comprensión de la vibración de Mi naturaleza, y a que exterioricen el confort a través de la cooperación consciente con el principio de Amor y Armonía en vez de crear ­mediante Mis propios esfuerzos- una cúpula de protección que es la esencia de Mi Ser, y no la de los chelas. Este es el sendero del Padre Espiritual, el cual aparentemente es más estricto que el del padre humano indulgente, pero que, sin embargo, en el gran Amor del Cristo Cósmico, construye una permanencia en la conciencia de la corriente de vida que sostendrá a dicho individuo, aún si el Sol se disolviera en los cielos y la hueste celestial cesara de existir.
Quisiera sugerirles que se recogieran, así fuera por tan sólo cinco minutos, tres veces al día -en la mañana, al mediodía y por la tarde- y contemplaran a cualquier Maestro con el que tengan afinidad; permitieran a la conciencia del Maestro fluir al interior de sus asuntos; hicieran llegar Sus sentimientos alrededor de la gente con la cual están asociados; pidieran (y recibieran) la imagen de Su presencia a través de la carne, ya que, déjenme asegurarles, es de esta manera y sólo de esta manera, que lograrán la Conciencia del Maestro Ascendido.
Amor y bendiciones,
Santo Aeolus



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